viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 28

Mi Seductor Amigo
Capítulo 28

Dos días después…
M: Daniel acaba de hablar con Frank (le dijo Marcos por teléfono dos días después).  Al parecer Elizabeth insiste en cenar con nosotros.
V: Quieres decir contigo (corrigió Victoria).  A mí me odia y no creo que quiera verme ni en pinturita.
M: Si quieres, te libro de la situación diciendo que te sientes indispuesta (sonrió y ella experimentó temblores del otro lado de la línea).  A propósito, ¿sabías que los mareos puedes sentirlos en cualquier momento del día y no sólo por la mañana?
Victoria contuvo las lágrimas.  La noche anterior Marcos se había enfrascado en la lectura de una revista femenina que había comprado y que dedicaba un artículo especial al embarazo.  Su profundo interés y su constante recitación de diversos hechos, estadísticas y técnicas de alumbramiento estuvieron a punto de desgarrarle el corazón.  Al día siguiente debía llegarle el período, y todas las señales indicaban que no se retrasaría.  Tenía los pechos más plenos y sensibles, le dolía la cabeza y se sentía completamente desgraciada.
M: ¿Victoria? ¿Me has oído...?
V: Marcos, ¿quieres olvidarte de ello por un rato? (subió el tono de voz).  No estoy embarazada, ¿de acuerdo? (se mordió el labio).
M: ¿Has tenido el período?
V: Eh...  no, todavía no.  Pero créeme, lo tendré mañana.  Sé reconocer todos los síntomas preliminares (forzó una sonrisa por miedo a que él notara su decepción de no estar embarazada).  Uno de ellos es mi estado de ánimo irritable.  Lo siento, Marcos, no pretendía saltar...
M: ¿Mañana? Pero me dijiste que tenía que llegarte hoy.
V: Quería decir que sería mañana por la mañana, pero si no eres capaz de esperar tanto, pondré el despertador para que suene cada hora de esta noche, y así no te verás obligado a soportar el suspenso más tiempo del necesario.  Volviendo a los Prol (continuó, desesperada por finalizar la llamada), no voy a dejarte en la estacada, así que arregla lo que sea mejor para Daniel y para ti.  ¿De acuerdo?
M: Victoria, yo...
V: Debo colgar.  Le dije a Daniel que le echaría un vistazo a unos planos que había trazado Brian.  Nos vemos luego (repuso con una alegría que no sentía y colgó para largarse de su oficina).
Victoria estuvo quince minutos en el cuarto de baño de los ejecutivos tratando de serenarse y arreglarse el maquillaje.  Sabía que actuaba como una idiota.  En todo momento había sabido que no estaba embarazada.  Pero, de algún modo, el falso matrimonio, el conmovedor interés que había mostrado Marcos en el embarazo, junto con el absoluto júbilo de despertar cada día junto al hombre que amaba, porque de algo estaba segura de que lo amaba, había hecho que sus sueños se mezclaran con la realidad. 

Se detuvo en seco.  Santo cielo, ¿qué le pasaba? Muy bien, no estaba embarazada, y Marcos no tenía necesidad de casarse con ella, pero eso no significaba que su relación debía acabar.  No significaba que lo amara menos ni que no pudieran seguir siendo pareja.  Por supuesto, sus días juntos estaban contados, pero Marcos representaba para ella más que nada en el mundo.  “¡Maldita sea!”, pensó, y continuó avanzando por el pasillo, “no iba adelantarse a los hechos”.  Había aprendido a disfrutar del momento y no pensaba estropear todo el tiempo que a ambos les quedara juntos, lamentándose de antemano el fin de su relación.  Cuando eso sucediera, estaría preparada, pero no pensaba abandonar la felicidad hasta que Marcos le dijera que la relación había terminado.
Desde luego, dada la expresión que mostraba él en el rostro al avanzar hacia ella por el pasillo, quizá significara que su actitud positiva iba a ser muy fugaz.
M: ¿Dónde has estado? ¡Te he buscado por todo el edificio!
V: ¿Por qué?
M: Porque dijiste que tenías que ir a ver a Carrillo.  Eso fue hace veinte minutos.
V: Lo siento (¿era intuición o deseo...  pero, no percibía algo de celos en su voz?).  Ir al cuarto de baño fue un acto impulsivo.  Intentaré mantenerte informado de mis actos y... (Sonrió) no hacer pis tanto tiempo en el futuro.
M: ¡Qué graciosa! Me tenías preocupado (se maldijo en silencio por haberlo reconocido.  De hecho, se sintió aliviado cuando Carrillo le dijo que no la había visto; sólo empezó a preocuparse cuando nadie más en el edificio la había visto).
V: ¿Te preocupaba que viera a Brian? (preguntó divertida, aunque el contacto de sus dedos en la mejilla de él fue un acto conciliador).  Oh, Marcos...  ¿de verdad crees que después de lo que hemos compartido puedo seguir interesada en él?
M: ¡Más te vale! (gruñó, y la abrazó cuando ella tuvo la audacia de reír).  ¿Qué es tan gracioso?
V: ¿Qué quieres decir además de la idea de que estés celoso de Brian?
M: Jamás dije que estuviera celoso de él (señaló; era la única respuesta que le permitía no mentir ni reconocer que por primera vez en su vida se sentía amenazado por otro hombre).  De hecho, te buscaba porque se me ha ocurrido una idea para evitar a los Prol...
V: Marcos (tiró de su corbata).  Cuéntame tu maravillosa idea. (le dice en forma sensual y coqueta)
M: Primero bésame.
V: ¿Pago por adelantado? (sonrió).  Creo que no, señor Guerrero; primero la información.
M: Es sencilla, pero ingeniosa.  Lo cual me lleva a pensar que debería subir el precio a dos besos...
V: ¡Marcos!
M: De acuerdo...  Nos vamos de vacaciones ahora (el asombro de ella hizo que resultara fácil pegarla a la pared).
V: ¿Marcos Guerrero, que nunca se ha tomado más de medio día libre...  bueno, Dios sabe en cuántos años, está sugiriendo que dejemos todo en un momento crucial y nos vayamos de vacaciones... (chasqueando los dedos)...así?  Marcos, sé sincero conmigo...  ¿has pasado la tarde tomando?
M: ¿Por qué, si es tu aroma, tu piel y su cuerpo hermoso los que me embriagan hasta perder todos los sentidos? (le besó el cuello y el lóbulo de su oreja).
V: No me lo puedo creer (musitó ella).
M: Es verdad hueles de maravilla (bromeó, pero en vez de sonreír, Victoria lo miraba como hipnotizada ).
V: Marcos no nos desviemos de tu maravillosa idea (le dio un golpecito en el pecho). 
M: Claro.  Los dos nos merecemos vacaciones.  Y como ya le dijimos a Frank que llevábamos separados semanas antes de que fueras a la isla, parecerá una explicación legítima y bien justificada para cubrir nuestra ausencia.
V: ¿Estás seguro de que no eres víctima de algo que podría clasificarse como un Expediente X? (lo miró con suspicacia).
M: Sólo soy víctima de ti (le enmarcó el rostro entre las manos y le besó).  Y ahora deja de hacerte la graciosa y reconoce que es un gran plan.
V: ¿Qué ha dicho Daniel al respecto?
M: Se lo contaré cuando vuelva a la oficina (se encogió de hombros y le besó una comisura de los labios, luego se centró en la otra).  Pensé que podríamos ir a la casa de la bahía, donde sólo tendremos que ir de la playa al dormitorio.
V: ¿Eso significa que ya no piensas alimentarme?
M: Pediremos pizzas (murmuró, centrando la atención en su cuello y el lóbulo de la oreja.  El cuerpo de Victoria se retorció en señal de aprobación, lo cual era todo lo que él necesitaba para avanzar capturando nuevamente su boca manteniendo la pasión del beso.  La respuesta de ella fue rápida y potente, y Marcos maldijo que el calor de sus manos en su cintura se viera mitigado por la camisa).
V: Hmm...  eh...  no creo que Daniel lo apruebe (dijo en cuanto él volvió a mordisquearle el cuello).
M: Sí lo hará.  Sabe que cuanto menos contacto tengamos con los Prol, mejor...(calló cuando le alzó la cabeza para que lo mirara).
V: No me refiero a eso, sino a perder tiempo de la empresa y a besarnos en los pasillos.
M: Oh, cierto.  Y también le molesta que se haga el amor en las oficinas, ¿no? (ella asintió).  ¿Cómo crees que reaccionará si hacemos el amor en el almacén donde se guardan los artículos de oficina? (preguntó con cómica especulación).
V: Del mismo modo que si le decimos que lo dejaremos solo para enfrentarse a los Prol (al leer la protesta en el rostro de Marcos, añadió).  De todos modos, Marcos, no puedo irme de vacaciones ahora mismo.  Tengo trabajo que recuperar hasta la próxima década. 
No era del todo mentira.  Pero el verdadero motivo por el que no quería usar sus vacaciones era porque las reservaba para el día lluvioso en que él le dijera que su relación se había terminado.  Hizo a un lado ese pensamiento y se obligó a sonreír. 

V: Marcos, deja de preocuparte, confía en mí, sobreviviremos a la reunión con los Prol.
Continuará…

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